Juan L. Ortiz: “Fui al río” (de El ángel inclinado, 1937)


Fui al río, y lo sentía
cerca de mí, enfrente de mí.
Las ramas tenían voces
que no llegaban hasta mí.
La corriente decía
cosas que no entendía.
Me angustiaba casi.
Quería comprenderlo,
sentir qué decía el cielo vago y pálido en él
con sus primeras sílabas alargadas,
pero no podía.
Regresaba
—¿Era yo el que regresaba?—
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes. 20
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles,
y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
Me atravesaba un río, me atravesaba un río!

la forma que tenemos de comunicarnos con los demás, influye mucho en el trato que se nos devuelve. Mensajes del agua: la teoría

¿De qué hablamos cuando nos referimos a estos mensajes del agua? Masaru Emoto tomó la afirmación de que tanto nuestros cuerpos, como el planeta, están compuestos por un 70% de agua, y comenzó a darle importancia al estudio del impacto del consumo de agua y a sus posibles repercusiones terapéuticas.

Después de un proceso de investigación (que vale la aclaración: no está avalado por la comunidad científica), afirmó que la voz, los pensamientos y las emociones que le transmitimos al agua pueden alterar su estructura molecular y que los resultados se podían verificar comparando las más de diez mil fotografías tomadas con su microscopio electrónico.

Más allá de los resultados a los que llegó el científico japonés, y al rigor de sus métodos científicos, para nosotros la relevancia de sus estudios está en la importancia que le otorgó al agua y a las palabras que pronunciamos; 2 factores que nos afectan física, espiritual y mentalmente

El comienzo: cómo sabemos que el agua capta y contiene un mensaje.

La teoría de los mensajes del agua se remonta al año 1994, a cuando Emoto tomó las primeras muestras de agua pura y las congeló, las observó y las fotografió. Sus fotografías revelaron unas hermosas formas hexagonales cristalinas parecidas a copos de nieve: brillantes y simétricas.

Luego decidió comparar esa gota de agua cristalina con la de un agua completamente diferente, la de un río contaminado. Congeló la segunda muestra, la observó y la fotografío, y allí descubrió algo alucinante: esta gota de agua no tenía una forma reconocible, se veía apagada, sosa y desestructurada.

Ese proceso lo repitió hasta tener diez mil muestras de diferentes fuentes de agua. A esas gotas les habló, les transmitió sus pensamientos y sentimientos, y llegó a la conclusión de que “el agua no solo almacena información sino también pensamientos y conciencia, reaccionando a cualquier mensaje” y, también que “toda información que alberga la estructura se hace visible cuando se fotografía una gota de agua en estado de congelación”.

Los cristales de agua, tras haber estado expuestos a diferentes emociones y palabras, positivas y negativas, le mostraron diferencias sustanciales y abrumadoras. Cuando les hablaba con palabras de amor, les transmitía cariño y les reproducía la canción “Imagine” de John Lennon, las gotas brillaban en formas muy bonitas. En cambio, cuando las maltrataba con palabras de odio, con música disonante o discursos de Adolf Hitler, las gotas se apagaban, deformaban y lucían tristísimas o rotas. Otro de los supuestos establecidos por Emoto afirmaba que el agua es capaz de captar información de lo que fuera introducido en ella. Por ejemplo: muestras de agua alterada con aceites florales, en su estado congelado, imitaban la forma de la flor que le había sido introducida.

Estos resultados fueron publicados en su libro «Los mensajes ocultos del agua» (2003), que si bien fue un éxito de ventas durante años e influenció la mentalidad de un vasto público, también fue el hazmerreír de la comunidad científica, dado que por primera vez un científico estudiaba el agua con una finalidad tan emocional, en lugar de empírica; ponían en duda su juicio y la finalidad de su estudio. De hecho, el físico experto en nieve, Kenneth Libbrecht, luego de leer el libro de Emoto afirmó que “es bueno tener una mente abierta, pero no tan abierta como para que el cerebro se caiga”. Severas palabras que son solo la punta del iceberg de las reseñas científicas sobre sus descubrimientos.

mensajes del agua - peñaclara

La acción terapéutica del agua según Emoto

Con sus afirmaciones sobre los mensajes del agua, Emoto quería revolucionar el campo de la medicina, estaba seguro de que sus hallazgos podrían “hacer factible el descubrimiento temprano de enfermedades, incluso con anterioridad a que se manifiesten de manera física; o a que, ya en su estado avanzado, se hagan visibles en un análisis de sangre”. 

Con su idea de que el agua es un ser vivo, Emoto afirmó: “Creo que se pueden activar dentro del cuerpo humano procesos de autodepuración del agua celular de la misma forma que es posible hacerlo con el agua que está libre en la naturaleza». Emoto argumentaba haber comprobado y demostrado que el «amor» y la «gratitud» tienen una capacidad de transformación de lo más curiosa; «tengo 10.000 fotos que lo demuestran». Estas palabras, y las emociones positivas que generan en el agua (como en nosotros mismos), cambian la estructura del agua en hermosa y equilibrada. Por eso, decía Emoto, «estoy convencido que nuestras meditaciones y afirmaciones nos ayudan. a sanar».

Nuestras interpretaciones

Las implicaciones de esta teoría son muchas, pero hay dos cosas que rescatamos con alegría de las afirmaciones de Emoto: las palabras son importantes, y el agua, también. El ser humano no vive sin estas emociones positivas, de la misma forma que tampoco podemos vivir sin agua. Al fin y al cabo, tres tercios de quién somos, es agua. Y solo por eso elegimos usarlas con cuidado y respeto. La teoría del científico japonés podrá ser tomada como una verdad o no, pero para mí es tan evidente el hecho de que el sonido y la vibración, incluso los pensamientos son captados por el agua, que vehiculiza como motor de vida el mayor canal conductor de transmisión de emociones, le doy tanta importancia a la pureza del agua, a su frescura y a su impacto en el cuerpo, que no podría tener más que palabras de belleza para ella. Así que, al igual que Emoto, ensalzamos la influencia de las palabras sobre el agua, y nos aferramos a la idea de que el agua es vida y salud física y mental.

Si tenemos en cuenta que nuestro cuerpo tiene más del 60% de agua y que nuestro cerebro tiene más del 70% de materia acuosa, ¿qué puede pasar en el cerebro cuando insultamos a alguien o la sometemos a presión? por el contrario, qué efecto se produce en cada molécula de agua que tenemos en nuestro organismo cuando le decimos a alguien palabras como “te quiero”, “te aprecio”, “me gusta lo que has hecho”…

¿Cómo crees que se colocan las moléculas de agua en tu interior cuando recibes una ofensa?

¿Cómo crees que se alinean las moléculas de agua de una persona a la que halagas su forma de actuar y das las gracias?

Algo de química hay en todo esto que se mezcla con la parte emocional ¿o quizá es la emoción la que nos modifica la química?

En cualquier caso, una palabra amable tiene un impacto más positivo que una ofensa, la forma de los cristales de agua entonces recrean belleza y aunque solo fuera por esto vale la pena hablar de forma amable y en positivo.

Además, es evidente que existe un mecanismo de acción-reacción, en el que la forma que tenemos de comunicarnos con los demás, influye mucho en el trato que se nos devuelve.

(1) The Hidden Messages of Water, 2005.

 


Fuentes:

La estructura del agua cambia con el sonido, las emociones y los pensamientos. (2021). Retrieved 18 Noviembre 2021, de https://www.dsalud.com/reportaje/la-estructura-del-agua-cambia-con-el-sonido-las-emociones-y-los-pensamientos/.

Las palabras tienen impacto en nuestro cuerpo – Confilegal. (2021). Retrieved 18 Noviembre 2021, de https://confilegal.com/20180729-las-palabras-tienen-impacto-en-nuestro-cuerpo/.

Lucas, H. (2021). La memoria y la consciencia del agua en nuestro organismo. Retrieved 18 Noviembre 2021, de https://www.iagua.es/blogs/humilde-martin-lucas/memoria-y-consciencia-agua-nuestro-organismo.

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