La psicología transpersonal es una rama de la psicología que se centra en la exploración y la integración de la dimensión espiritual y trascendente de la vida humana.  A diferencia de otras escuelas psicológicas que enfatizan la comprensión del funcionamiento mental o emocional, la psicología transpersonal se enfoca en la experiencia de la conciencia y la percepción de la realidad más allá de los límites de la personalidad, integrando:

• cuerpo mental-emocional, (entendido como un binomio que se retroalimenta constantemente),
• cuerpo energético (que se recarga si hay una buena gestión para asegurar la calidad y el grado de pureza de nuestro pensamiento-emoción)
• el cuerpo físico, que sana o enferma, en función del manejo de la energía-información, con la que seamos capaces de nutrirnos.

El cuerpo, en términos de energía es la capa más densa dónde se solidifica la materia, y en este caso, el cuerpo mental-consciencial, la capa más sutil y cercana al plano de lo invisible.

El cuerpo físico, guarda en sus células las memorias del  placer y del dolor, y se convierte así en una gran biblioteca heredada de información de nuestros ancestros, cómo de nuestras experiencias vividas a lo largo de la vida.  

Como si de una un precioso telar se tratara, la vida va entretejiendo sucesos, experiencias, acontecimientos para poder develar el gran misterio de la vida desde dentro a través de nuestro propio conocimiento interno. 

En la psicología transpersonal, se considera que el ser humano es más que su cuerpo, su mente y sus emociones. 

Se reconoce que existe una dimensión trascendente de la existencia que puede ser experimentada a través de la reconexión con la esencia de eso que somos, «el Ser», naturaleza conectada, más allá de nuestra mente inconsciente a la conciencia «Yo Soy». 

A este nivel del Ser profundo se llega adquiriendo una consciencia de lo que somos, «Naturaleza», y de quienes somos. El «DesCubrimiento» (correr el velo), que nos adentra en el viaje mismo al caminar desde la ignorancia sobre nosotros mismos, hasta un camino interior que nos lleva a explorar y navegar mar adentro «Yo Soy el Camino, la verdad y la vida». 

Normalmente, se llega a este camino de forma natural  a través de una crisis o experiencias existenciales denominadas  cercanas a la muerte  ECM (una ruptura, un duelo, una pérdida, un trauma o un dolor o una separación traumática que impacte nuestro cuerpo del dolor y que nos desconecte de nuestro flujo energético vital. Existen también otras vías, la de la práctica inducida para reclamar el estado armónico del Ser y vivir en equilibrio y en paz con lo que acontece en el camino de vida diario, cada día con su afán, que nos aproximan a la revelación de ese camino interno  «prácticas espirituales, como la meditación, la observación consciente, la contemplación o el yoga, entre ellos una sutil rama que podemos practicar diariamente y que nos adentra en el camino de la Magia del Ser tan Esencialmente HuMano cómo Divino.

Vivir desde un particular Yoga de las Señales, -que se acaba practicando en atenta intención y atención consciente- del sí mismo, enfocando la mirada-pensamiento en aquello dónde quiero que mi energía vaya.

Como psicoterapeutas, nos convertimos en barqueros del alma, asistiendo y apoyando en el paso de un estado de comprensión de la personalidad a otro, que es el Ser, desde dónde la persona se va abriendo a una visión y percepción amplificada acerca de sí mismo y de «la trama y el tejido de la vida, o inteligencia mayor al servicio de la evolución de la mente y de la consciencia.  

El acceso a vivirnos desde el Ser es hoy una opción disponible para cualquiera que esté dispuesto a adentrarse en el camino, la senda y el sendero, el viaje al centro de sí mismo, allí dónde el tiempo cura y el amor sana. Así a través de experiencias transformadoras de vida, que se presentan espontáneamente, en las crisis sanadoras espirituales, las experiencias cercanas a la muerte o la vivencia de estados ampliados de conciencia la persona toma consciencia de otra dimensión desde la que observar y vivir la realidad, conectada a otros planos.

De hecho, desde esta pequeña gran escuela de “Caminar Consciente” nos adentramos en la Senda individual de cada SER HUMANO, «de vuelta a casa», o de retorno a la memoria de Origen, un largo viaje al interior del sí mismo, para sanar,  que no es más que el re-establecimiento del recuerdo (re-cordis: volver a pasar por el corazón),  de ese estado natural en el que el Ser se reconoce así mismo como integrado, completo sanado de sufrimiento y renacido en A-Mor (sin muerte e ilimitado, cuanto más das más recibes) Contemplándose el amor y el grado de consciencia de sí mismo, en las dos herramientas o instrumentos fundamentales para acompañar el viaje al centro del sí mismo, percibiendoSE entonces el individuo como un ser íntegro, maduro, responsable de sí y de las elecciones que lleva a cabo, un Ser Humano hecho así mismo, la totalidad dentro del Todo, un Dios hecho Ser Humano y un Humano divino, cocreador de la realidad que vive en función de la experiencia que nos toca recoger para evolucionar en Amor por nosotros y por todo lo que está íntimamente entrelazado a nosotros.